Belmond Hiram Gingham: el tren más lujoso para subir al Machu Picchu

Todavía estoy soñando con la extraordinaria experiencia que viví a bordo del Belmond Hiram Gingham, tren que recorre el Valle Sagrado hasta llegar al imponente Machu Picchu, y que está considerado uno de los mejores y más lujosos del mundo.

Nuestra aventura comenzó en Cuzco, donde nos vinieron a recoger a nuestro hotel en un vehículo privado equipado con todas las comodidades para trasladarnos a la estación de Wanchaq. Allí, en la exclusiva sala de espera de Belmond, nos estaba esperando un delicioso desayuno, amenizado por una banda sonora en directo y un espectáculo de bailes tradicionales peruanos.

A la hora establecida, nos recogieron en un autobús privado para llevarnos al hotel Belmond Río Sagrado, ya que durante la época de lluvia el trayecto combina bus y tren, debido a que el estado de las vías del tren en determinados tramos puede verse afectado por inundaciones y resulta más seguro viajar en autobús. Una vez llegamos al hotel, nos esperaba un delicioso cocktail de bienvenida en el elegante vestíbulo, presagio de lo bien que lo íbamos a pasar durante el recorrido. Instantes después, embarcamos en el tren más bonito que he visto en mi vida; maderas relucientes, telas finas, detalles dorados, accesorios antiguos… todo envuelto en un encanto nostálgico de brillantes y glamurosos tiempos pasados. Y sí, efectivamente parecía como si hubiésemos retrocedido al esplendor de los años 20, una época conocida por la prosperidad económica sin precedentes y un estilo elegante y con personalidad. Pues bien, una vez nos acomodamos en nuestro carruaje, nos invitaron a dirigirnos al vagón de observación, en el que nos esperaba música tradicional en vivo y una excelente selección de cocktails y bebidas a nuestra disposición. Allí cantamos, bailamos y degustamos deliciosos combinados mientras observábamos el increíble paisaje cambiante que resplandecía bajo el sol. Sí, tuvimos muchísima suerte, porque nos acompañó un día soleado con una temperatura absolutamente perfecta. A continuación, volvimos a nuestros carruajes para disfrutar de una experiencia culinaria de lujo, que recuerdo como una de las mejores de mi estancia en Perú; saborear exquisiteces gastronómicas mientras admirábamos la belleza del Valle Sagrado es algo difícil de igualar. Una vez terminado el almuerzo, volvimos al vagón de observación para hacer algunas fotos y videos del momento y a su vez seguir deleitándonos con la maravillosa música en directo.

El trayecto duró casi 3 horas, que transcurrieron como un suspiro. ¡Recuerdo incluso no querer llegar a Machu Picchu para que la experiencia no terminara! Sin duda, uno de los mejores e inolvidables momentos de mi viaje a Perú.

Os he dejado aquí un video resumen de nuestra vivencia en este recorrido mágico, ¡espero que os guste!